El mundo es Dios jugando al escondite

El acto de la creación del mundo es el mismo de su consumación: la rendición de la vida, como si todo el proceso universal fuera un juego en el que hay que pasar la pelota tan pronto  se la recibe. Así el mito básico del Hinduismo dice que el mundo es Dios jugando al escondite consigo mismo. Como Pajapati, Vishnu o Brahma, el señor bajo muchos nombres crea el mundo mediante un acto de autodesmembramiento o de autoolvido, por el cual lo Uno se convierte en Muchos, y el único Actor desempeña innumerables papeles. Al final vuelve a ser el mismo sólo para recomenzar el juego una vez más: el Uno muere convirtiéndose en Muchos, y los Muchos mueren convirtiéndose en Uno.
Mil cabezas tiene Purusha, mil ojos, mil pies.
Por todos lados entrando en la tierra llena
un espacio diez dedos de ancho.


Esta Purusha es todo lo que hasta ahora ha existido
y todo lo que existirá;
el señor de la inmortalidad que crece aun más
por la comida.



Tan poderosa es su grandeza; si, mayor que esto 
es Purusha.
Todas las criaturas son un cuarto de él, tres cuartos
vida eterna en el cielo...


Cuando los Dioses prepararon el sacrificio
con Purusha como su ofrenda,
su aceite fue la primavera, el don sagrado
fue otoño; verano fue la madera.


De ese gran sacrificio general la grasa que goteaba
fue recogida.
Él formó las criaturas del aire, y animales salvajes
y mansos....


Cuando ellos dividieron a Purusha, cuántas
porciones hicieron?


Qué es lo que llaman su boca, sus brazos?
Qué es lo que llaman sus muslos y pies?


La casta de los brahmanes fue su boca, la casta
Kshatriya fue hecha con sus dos brazos.
Sus muslos se hicieron Vaishya, de sus pies salió
Shudra.


La luna fue engendrada de su mente, y de su ojo
nació el sol;
Indra y Agni nacieron de su boca, y Vayu de su aliento.


De su ombligo surgió el aire intermedio; el cielo
emergió de su cabeza;
la tierra, de sus pies, y de su oreja las regiones.
Así formaron los mundos.
Las mil cabezas, ojos y pies del Purusha son los miembros de los hombres y otros seres, pues lo importante es Aquello que conoce en y a través de cada individuo es Dios mismo, el atman o yo del mundo. Toda vida es un papel o parte en la que se absorbe la mente de Dios, más o menos como un actor que se absorbe a sí mismo en ser Hamlet y olvida que en la vida real es Mr. Smith. Por el acto de autoabandono Dios se convierte en todos los seres, sin dejar por ello de ser Dios. "Todas las criaturas son una cuarto de él, tres cuartos vida eterna en el cielo". Pues Dios se divide en el artificio, en la ficción, pero permanece indiviso en la realidad. De suerte que cuando la comedia toca a su fin la conciencia individualizada despierta y se encuentra con que es divina.
Alan W Watts
El camino del ZEN

No hay comentarios:

Publicar un comentario